¡POR PLATA! Hubiera contestado si me hacían esa pregunta un año atrás. Hoy, luego de haber vivido la experiencia WAYRA y con un poco de melancolía por dejar la academia, concluyó que es el factor menos importante. El resto de lo que recibimos es invaluable.
A continuación mi experiencia para que ustedes mismos saquen sus conclusiones.
¿Qué más da Wayra? ¿Oficinas?
Que pregunta tan amplia y tan difícil de contestar en su totalidad, pero aquí vamos.
Me presento, soy Sebastián Jasminoy, fundador de FLUVIP, un emprendimiento que meses atrás era una idea muy atractiva con la que logramos con mis socios Juan David y Julián, conquistar el interés de los directivos de WAYRA Colombia entre las empresas que ayudarían a formar.
Desde el día uno que ingresamos en la academia sentimos un cambio. Nuestro proyecto ya era una empresa, nos sentimos respaldados por gente capacitada, en un espacio de trabajo profesional y con un compromiso gigante por delante. Telefónica confiaba en nosotros a través de su aceleradora Wayra y eso nos dio un empujón de confianza y motivación muy grande. Entramos a la academia ese primer día sabiendo que las cosas cambiaban, que el compromiso para con nosotros mismos era aún mayor que ya no éramos nosotros, nuestros amigos o familias los que confiaban en nosotros, ahora, una reconocida multinacional también nos apoyaba y eso nos hizo exigirnos aun más, algo que surgió por nosotros mismos, con alegría y muchas ganas de lograr nuestras metas.
¿Qué es Wayra? Un equipo. Un equipo de personas talentosas, con una pasión por su misión, están a la par y muchas veces por encima de los emprendedores. Cuando uno esta dentro de Wayra realmente siente a su equipo como un socio más, con los que compartimos, debatimos y aprendemos. Son personas con una vocación enorme. Cuando digo “ayudar” no es ceder un espacio de oficinas o conseguir un mentor para que te saque de una duda. Ayudar es acompañar con pasión y alegría, día a día, minuto a minuto lo que hacemos los emprendedores.
En estos intensos y fructíferos meses en la academia, lo más valioso es que aprendí a emprender. Nuestra empresa creció y WAYRA nos acompañó en ese crecimiento. “Las reglas no están escritas” dice el slogan y nosotros nos lo tomamos en serio. Terminamos siendo en FLUVIP un equipo de 13 personas en un espacio destinado para 2, irrumpiendo el espacio y el tiempo de los directores de Wayra hasta cuando estaban ocupados, “Las Reglas no están escritas” y nosotros nos lo tomamos en serio. Del lado de WAYRA siempre todo ha sido un “sí” para nosotros y por eso lo recomiendo. Hoy salimos de Wayra y ya tenemos operación (ventas) en Colombia, Perú y Estados Unidos. La internacionalización es un camino atractivo y duro, WAYRA también fue importante en este punto.
¿Emprendedor se nace o se hace? Creo que se nace y se hace. El aprendizaje, el compartir con los demás, tener “los pies sobre la tierra”, el tomar buenas y malas decisiones, recibir consejos para mejorar, son cosas indispensable para ser un emprendedor con todas las letras y eso es lo que te da WAYRA, te convierte en un verdadero emprendedor. Un emprendedor a la altura de las circunstancias. Un emprendedor con capacidades para convertir un sueño en realidad, pasar de una idea a una empresa. Ese fue el sueño que WAYRA nos ayudo a cumplir y nos sigue acompañando.
Luego el camino sigue, el crecimiento en un emprendedor nunca termina, vaya bien o vaya mal. El aprender es algo que siempre nos hace crecer, ojalá encuentre más “wayras” en este camino del emprendimiento que nunca dejare de recorrer.
